La primera molar mandibular de una sola raíz con un orificio continuo para 2, 3 o 4 conductos radiculares fue reportado por primera vez en un artículo dental por Cooke y Cox en 1979. Menton et al. sugirió por primera vez la clasificación de los conductos radiculares en forma de C en función de la forma de la sección transversal; sin embargo, no hubo una explicación clara para diferenciar los grupos 2 y 3. Fan et al. analizaron la morfología de los conductos radiculares en forma de C en los segundos molares mandibulares con el uso de micro TC y la técnica de Melton modificada, de la siguiente manera (Figura 1): C1: un canal radicular continuo en forma de C sin separación ni separación dividida, C2: un canal de raíz en forma de coma, lo que resulta en un conducto radicular no continuo en forma de C, C3: dos o tres conductos radiculares separados, C4: un solo conducto radicular con una sección transversal redonda u ovalada y C5: ausencia de cualquier cavidad del canal, siendo visible solo cerca del ápice
El presente estudio consistió en la evaluación retrospectiva de imágenes CBCT de 231 pacientes adultos (153 con segundos molares mandibulares bilaterales). Dos endodoncistas examinaron 384 segundos molares mandibulares de una población en Tabriz, Irán, para determinar la presencia de canales en forma de C y sus características anatómicas.
Las configuraciones del canal de la raíz se categorizaron en tres niveles diferentes. La aparición bilateral o unilateral de canales en forma de C y su relación con el sexo, la edad y la posición del diente. (Figura 2)
Obteniendo como resultados que, de los 384 segundos molares mandibulares examinados, 82 (21,4%) molares de 58 pacientes tenían una configuración de conducto radicular en forma de C. La prevalencia de canales bilaterales en forma de C fue del 15,6% entre 153 pacientes con segundos molares mandibulares bilaterales. No hubo diferencias significativas en la distribución de los canales en forma de C con respecto al sexo o la edad y solo 4 dientes (4.9%) tenían la misma configuración del conducto radicular desde el orificio hasta el ápice.
En el resto de los dientes, la configuración del conducto radicular transversal cambió a diferentes niveles de la raíz.
Llegando a la conclusión que hubo variaciones significativas en el número de raíces y la morfología del canal en los segundos molares mandibulares, que deben considerarse durante el desbridamiento y la obturación del sistema del conducto radicular
Dpto. de Investigación IDM