El objetivo principal del tratamiento de conducto radicular es la conformación y limpieza en profundidad de todos los espacios de la pulpa y su completo llenado con un material de relleno inerte (Sociedad Europea de Endodoncia, 2006). Una de las principales causas de la enfermedad después del tratamiento es la incapacidad de localizar, desbridar o rellenar correctamente todos los canales del sistema de conductos radiculares (Vertucci 2005). Junto con el diagnóstico y la planificación del tratamiento, un mejor conocimiento del sistema de conductos radiculares y sus variaciones frecuentes es una necesidad absoluta para el éxito de un tratamiento de conducto.
En la literatura, la raíz mesiovestibular (MB) del primer molar superior ha generado más investigación que cualquier otra raíz (Cleghorn et al., 2006). En el estudio de la raíz MB de molares superiores, la aparición de los cuartos conductos (MB2) se realizó cuando a través del tiempo se dispuso de nuevos instrumentos, equipos y técnicas (microscopio quirúrgico, puntas ultrasónicas, manchando el suelo de la cámara, el acceso romboidal, etc. ; Vertucci 2005).
En los últimos años, el desarrollo de la microtomografía de rayos X (Tomografía micro-computarizada, TMC) ha ganado cada vez más importancia en el estudio de los tejidos duros. La TMC ofrece una técnica no invasiva para la evaluación tridimensional de los sistemas de conductos radiculares y se puede aplicar tanto cuantitativa como cualitativamente. Además, la anatomía interna y externa se puede demostrar de forma simultánea o por separado (Plotino et al. 2006). Desafortunadamente, esta técnica no es adecuada para uso clínico, pero la tomografía cone beam (CBCT) permite obtener imágenes de los tejidos duros de forma similar a la microtomografía aunque no a un nivel submilimétrico, pero si es capaz de producir una buena resolución con imágenes de alta calidad de diagnóstico.
La microtomografía es una técnica de imagen muy eficaz y que puede ser utilizada en un futuro para evaluar el sistema de conductos radiculares. La limitación en la actualidad es que no puede ser aplicada en pacientes (in vivo), con el avance de los años esperamos que esto deje de ser una limitación.
Fig 1. Microtomografías computarizadas de dos primeras molares maxilares. En A) se observa el cuarto conducto (MB2) completamente independiente del conducto mesiovestibular (MB1) y se complican aún más por un canal accesorio en el ápice; a pesar de la alta resolución, la conexión interna completa presentes entre los tercios medio y apical se reproduce sólo parcialmente. B) se observa que el cuarto conducto (MB2) se une al conducto mesiovestibular (MB1) en el tercio medio de la raíz, creando así una amplia ‘laguna’ apical a la conjunción.
Fig 2. Microtomografías computarizadas de dos primeras molares maxilares. En A) se observa un solo canal en la raíz mesiovestibular, que se aplana en los tercios coronal y medio mientras que muestra un delta en el extremo apical. B) la raíz mesial con dos canales de la raíz completamente separadas. MB1 tiene dos conductos accesorios en el extremo apical, mientras que el canal MB2 se complica aún más por un bucle en el tercio apical; a pesar de la alta resolución, las conexiones internas completas presentes en los tercios medio y apical se reproducen sólo parcialmente.
Fig 3. Microtomografías computarizadas de dos primeras molares maxilares. En A) se observa un itsmo que une al cuarto conducto (MB2) con el conducto mesiovestibular (MB1). B) se visualiza varias uniones entre el cuarto conducto (MB2) con el conducto mesiovestibular (MB1) en casi todo su trayectoria.
REFERENCIA:
- Somma F, Leoni D, Plotino G, Grande NM, Plasschaert A. Root canal morphology of the mesiobuccal root of maxillary first molars: a micro-computed tomographic analysis. International Endodontic Journal, 42, 165–174, 2013.
Elaborado por : C.D. Luis Alberto Cueva Principe, Mg. Esp. C.D. Andrés Agurto Huerta.